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El Padre: la gracia y grandeza (Parte 2)

En el capítulo 43 del libro de Isaías; desde el inicio podemos reafirmar y hacer énfasis que Dios es el único redentor, Él fue, es y será por los siglos de los siglos, Amén.

En el versículo 16, el Señor nos recuerda lo que hizo en el pasado. El que abre camino en el mar y sendas en las aguas impetuosas, y sigue en el 17 cuando remarca: El que saca carro y caballo; ejército y fuerzas caen juntamente para no levantarse.

Esto ocurrió en Éxodos. específicamente en los capítulos 14 Y 15 vemos como se narra la obra de Dios de la mano de Moisés. Este fue el encargado de sacar al pueblo de Israel de Egipto, de resguardarlo como misión encargada por Dios.

Volviendo al capítulo 43 del libro de Isaías, en los versículos 16 – 25, vamos a ver al Dios redentor, que redime y da esa otra oportunidad por amor así mismo. Él siempre quiere y nosotros debemos estar dispuestos, porque no hay quien tenga la gloria, la gloria es del Señor que hizo los cielos y la tierra.

Esta parte del libro se escribe estando el pueblo de Israel en el exilio en Babilonia, el pueblo se encontraba en esclavitud pero Dios a través del profeta había dejado promesas como la que habíamos leído en los capítulos: 7:14 o 9:6.

7:14 Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.

9:6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Estas promesas, desde la etapa de juicio o condenación estaban dadas para el remanente que quedo, para el muñón que siguió creyendo en Él.

A modo personal creo que desde el mismo capítulo 40 que el Señor comienza a mirarlos, cuando voltea sus ojos, su rostro hacia ellos, vemos a ese Dios que vuelve a darse por completo a su pueblo, a su escogido para perdonarlo por su gracia y por su amor. Es un Dios que ha sido justo pero también fiel y amoroso.

En esta etapa de la cautividad el mensaje teológico que podemos ver es la obra de Dios como Salvador y redentor a través de su gracia.

Fueron 70 años de exilio, pero casi cuando llevaban 50 años el Señor comienza a manifestar el mensaje de consolación, el mensaje del Santo de Israel, soberano, el mensaje a su pueblo el cual pasaría de ser ciego y sordo a ser testigo de su gloria, de su gracia y su misericordia.

También vimos el mensaje del siervo sufriente, como nos motiva la gracia de Dios a convertirnos en ese siervo que ama y se entrega, que sufre por lo que se convierte en su propósito de vida, por amor a Dios.

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